Comer sano mientras uno viaja no es tarea fácil. La dieta se agita, y si comemos con abandono total, llega un momento en donde el cuerpo simplemente ya no soporta la inconsistencia. Lo mejor es tratar de disfrutar de las delicias locales, pero por supuesto, con un poco de equilibrio en el medio. De todas maneras, es mejor para la digestión, el peso y el presupuesto.

Meriendas

En cuanto a la cantidad de meriendas que es recomendable llevar, depende de cuánto tiempo viajará. Piense en los tiempos de comida en los que estará viajando, y planifique de acuerdo a esto. Una idea que no falla es llevar un recipiente o bolsita con semillas (maní, marañón, almendra, macadamia, nueces).

Si prefiere no llevar un montón de meriendas, pase por un supermercado local justo cuando llega. Busque frutas frescas, yogurt (revise el contenido de azúcar), semillas o nueces, y snacks altos en fibra.


Comidas en los vuelos


Un truco para viajar es llevar siempre avena en hojuelas en un recipiente (puede agregar además leche en polvo descremada, chía, linaza, almendras, coco rallado, etc.). Solo tiene que pedirle a la azafata un poco de agua caliente para llenar la taza, y listo.

Otra opción que con frecuencia mejora la calidad de las comidas: cambie su opción de comidas al menos 48 horas antes por ¨gluten free¨, ¨plato de frutas¨, o ¨vegetariano¨. Con frecuencia, la opción servida es más nutritiva, menos procesada y menos condimentada.

No se salte el desayuno

Siempre debe intentar desayunar antes de comenzar un día en la carretera, ya sea que viaje en avión, tren, barco o automóvil. De esa manera, no tendrá que recurrir a los desayunos que vende el aeropuerto o la estación de tren, lo que podría no ser saludable, atractivo o satisfactorio. Además, un desayuno nutritivo le mantendrá con energía y saciedad, asegurando de que esté en todas para emprender el viaje del día.


Empaque una botella de agua reutilizable

Le ahorrará dinero, es mejor para el medio ambiente y mantendrá una mejor hidratación. Recuerde que durante los vuelos, se recomienda tomar 1 vaso de agua por hora de vuelo. Esto ayuda a mitigar la fatiga y jetlag que se experimentan luego de vuelos largos y cansados.

Comprométase a comer vegetales en cada comida

Intente hacer al menos la mitad de lo que come vegetales. De esa manera, puede disfrutar de las delicias locales junto con un plato de vegetales o ensalada. Este truco funciona especialmente bien en los buffets, donde la comida no siempre es de la mejor calidad, por lo que no tiene que preocuparse por perderse algo delicioso al optar por verduras y ensalada. Y si no le importa cocinar mientras viaja, trata de reservar un lugar para quedarse que tenga cocina. Trate de mantener su rutina normal de comidas lo más posible; de esta manera no hay tantos estragos sobre la digestión y el peso.

Disfrute y coma lo justo

¿Quién dice que no se puede comer de todo, probar y deleitarse el paladar? Por supuesto que sí! Es parte de lo mágico de viajar y obtener experiencias nuevas. Eso sí, coma lo justo: lo justo que sea cómodo a nivel digestivo. No ordene demasiada comida en restaurantes, comparta platillos con sus compañeros de viaje y procure saber el momento idóneo para deterse al comer: cuando tiene una saciedad ¨cómoda¨.